Este blog se inicia como un compendio de batiburrillos relacionados con docencia y TIC. No es algo original, aunque intentaré aportar mi visión personal y perseguir la brevedad y la coherencia. Ah... gracias a mi hermano Marcus por diseñarme el logo (ventajas de tener un superdiseñador gráfico en la familia)

domingo, 31 de marzo de 2013

Entorno y creatividad

Foto Marga Moreno

Se ha escrito mucho sobre el tema de que las escuelas no favorecen el espíritu creativo. Lo dice Ken Robinson y variados estudios que han surgido últimamente para apuntalar esta afirmación. Margaret Boden afirma que la creatividad no es un poder especial y por tanto la educación puede generar las condiciones que motiven al estudiante y le permitan ser creativo. Boden piensa que es una capacidad inherente, en distinto grado, a prácticamente todo el mundo y que "la creatividad se basa fundamentalmente en nuestra habilidades cotidianas". No está de acuerdo con las concepciones simplistas que afirman que la creatividad se tiene o no se tiene. Esta acepción de la creatividad como algo místico, como un don con el que unos elegidos nacen desalienta a los que no se perciben como creativos y refuerza por otro lado a los que sí se ven como seres especiales, talentosos, innovadores...
Por eso el sistema educativo es tan importante, porque en él pasan mucho tiempo niños, jóvenes... que en ocasiones tendrán alguna habilidad, algún talento, algo especial que quedará sepultado.
El sistema educativo lo conforman personas y los docentes tienen un papel fundamental en motivar a las mentes creativas. Aquí llega el primer escollo. Para empezar, creo que hay pocos docentes subversivos, que asuman riesgos, que traten de cambiar su sistema, en definitiva, que sean creativos. Si queremos potenciar la creatividad,  deberemos empezar por nosotros mismos. Imaginemos que un buen día nos levantamos con la firme decisión de cambiar y que vamos a poner todo nuestro empeño en ser innovadores. Llegan los primeros interrogantes ¿cómo se hace? ¿tenemos la formación necesaria? ¿contamos con las herramientas adecuadas? ¿estamos en un entorno propicio?. Demasiadas preguntas y lo que es peor, la mayoría con difícil respuesta. Los profesores también hemos pasado por un sistema educativo que no fomentaba la creatividad y ese lastre lo cargamos a nuestra espalda.
Por abreviar, me centraré en el último interrogante ¿Estamos en un entorno propicio? Esta respuesta me la sé. No. Richard Florida en su libro "La clase creativa" afirma que la "creatividad se desarrolla mejor en un entorno social característico: uno lo suficientemente estable para permitir que el esfuerzo tenga continuidad, pero lo suficientemente diverso y abierto de mente para nutrir la creatividad en todas sus formas subversivas". Si analizamos la anterior afirmación llegaremos a conclusiones desalentadoras. La Administración Educativa promueve un tipo de estructura organizativa que boicotea cualquier iniciativa que se salga de la norma. Los docentes nos sometemos a unas programaciones encorsetadas por desarrollos curriculares elaborados por unos pocos, nos plegamos a unos criterios de evaluación rígidos por si hay reclamaciones, cumplimos instrucciones elaboradas por asesores-profesores que se cansaron del aula y querían hacer algo diferente. Instrucciones que diligentemente aplican sin más, equipos directivos colocados por la propia Administración y que se perpetúan en el cargo multitud de años para consolidar el sueldo.
En definitiva, un ambiente dinámico y enriquecedor, un entorno social en el que la creatividad del docente surgirá por doquier.
No quiero ser tan agorera y creo que no podemos excusarnos en lo anterior para no iniciar el cambio, para intentar cosas diferentes. Tenemos que apelar a la motivación intrínseca para hacerlo porque desde el exterior los incentivos son casi nulos.
La teoría sobre la creatividad está muy bien para los libros, los blogs, los estudios, los gurús, los investigadores del tema... Pero aunque suene a trillado, luego viene la dura realidad y esta es la asignatura pendiente.


jueves, 14 de febrero de 2013

Los amos del mundo

Cuadro de Marcos Moreno Pons

El título del post coincide con un libro actual "Los amos del mundo" con el subtítulo "Las armas del terrorismo financiero" de Vincenç Navarro y Juan Torres. Es un ensayo que he puesto de lectura obligada para mis alumn@s de grado medio de Gestión Administrativa dentro del módulo profesional de Operaciones auxiliares de gestión de tesorería. Creo que es un libro imprescindible para cualquier persona que quiera entender quiénes son los que toman las decisiones y manejan los hilos de la economía mundial. Trata de utilizar un lenguaje comprensible para aportar luz sobre cuestiones que  son opacas para la gran mayoría de los ciudadanos. Esta intencionada falta de transparencia en temas económicos y financieros impuesta por los poderosos y en connivencia con los medios de comunicación, genera una inacción y favorece que nada cambie.
En educación debemos propiciar que surja en el estudiante el espíritu crítico. Es un proceso complicado, pero la base está en proporcionar a los alumnos las herramientas necesarias para que no consideren que todo los que les dicen los libros de texto, los medios, los gurús, los influencers... son verdades universales. Que sean capaces de cuestionar cualquier noticia, cualquier información y para ello la primera premisa es tener un conocimiento claro de lo que ocurre.
Este libro es una de estas herramientas necesarias para iniciar la transformación de un mundo cada día más desigual.
Termino con una frase literal del libro "¡Con razón dijo Henry Ford que si la gente supiera lo que hacían los bancos con sus ahorros al día siguiente habría una revolución!"